viernes, 28 de septiembre de 2012

Wario Land 3: Explorando nuestro lado egoísta



"El superhombre es la afirmación enérgica de la vida y el creador y dueño de sí mismo y de su vida, es un espíritu libre."


Desde los albores del mundo de los videojuegos, Mario ha sido el héroe por excelencia. A partir de que Shigeru Miyamoto lo hiciera debutar en 1981 en el videojuego "Donkey Kong" (por aquel entonces Mario aún era conocido como "Jumpman"), el fontanero más famoso del mundo se ganó la más alta de las reputaciones en su mundillo a base de protagonizar exitosas entregas.

La idea planteada en los primeros videojuegos de Super Mario era simple y efectiva. Mario ejercía de héroe, Bowser de villano por excelencia, y el secuestro de la princesa Peach servía de motivación para completar una aventura. El éxito fue total y la exigencia de producir nuevas entregas llevó a Nintendo a crear nuevos enemigos que ofrecieran desafíos para su personaje fetiche. Es en este punto donde aparece Wario.

Wario es un personaje de Nintendo que vio la luz en "Super Mario Land 2" haciendo el papel de jefe final del mismo. La idea original era muy simple: Wario representaba la antítesis de Mario aprovechando el juego de palabras (el nombre Wario proviene de juntar la palabra warui, que en jaonés significa "malo", con el nombre de Mario, además de aprovechar el simbolismo de la W como una M invertida). Su personalidad, aunque aún no se había mostrado totalmente, también era contraria a la de Mario; Wario es mezquino y siente envidia por Mario y la fama que éste posee.

El personaje de Wario podría haberse estancado ahí, pero Nintendo se arriesgó y le dio la oportunidad de protagonizar el último juego de la saga Mario Land. "Wario Land: Super Mario Land 3" supondría el debut de Wario como protagonista. El estilo de juego en esta entrega es muy similar a los anteriores juegos de plataformas protagonizados por Mario: el jugador deberá superar niveles avanzando por la pantalla en un límite de tiempo al más puro estilo de los juegos de Nintendo tradicionales. Pero ya desde el primer momento queda claro que Wario no es Mario. En una empresa de temática tradicional como Nintendo por una vez se habían dejado de lado los papeles de héroe (Mario y Luigi) y villano (Bowser). Wario es el primer (y único) antihéroe creado por la multinacional japonesa. Este nuevo protagonista no deberá rescatar princesas ejerciendo el papel de bondadoso salvador, su único objetivo será amontonar dinero y tesoros para poder adquirir un castillo con el objetivo de dar celos a Mario (el juego contendrá diferentes finales según la cantidad de dinero que se consiga juntar). El concepto había cambiado. El jugador no deberá completar niveles con el objetivo altruista de ayudar a los demás, esta vez todo lo conseguido será para beneficio personal, por pura avaricia. Nintendo definía así un personaje muy humano, con todos los defectos que esto implicaría, destacando sobre todos ellos el egoísmo. En cuanto al resto de aspectos relacionados con la jugabilidad, Wario muestra una versión más brutal de Mario. La habilidad más característica de Wario es el placaje, un golpe seco que le permitirá abatir a sus enemigos (aunque sólo podrá usar esta habilidad durante su estado adulto). Además, nuestro protagonista comparte con Mario el hecho de obtener habilidades a partir de objetos (las setas utilizadas por Mario serán reemplazadas por ajos).

Cuatro años más tarde, y después de que el primer videojuego protagonizado por Wario cosechara espectaculares cifras de venta, ve la luz "Wario Land II", que serviría como confirmación de la saga. Lo más destacable de esta entrega es la ruptura total con el estilo ofrecido por las entregas protagonizadas por Mario. En una atrevida jugada, Nintendo produce un videojuego en el que el personaje manejable es inmortal, y su objetivo será completar escenarios muy abiertos que permitirán al jugador elegir múltiples caminos que conducirán a diferentes finales (el juego cuenta con cinco posibles finales). El hecho de que el personaje no pudiera perder la partida generará un Wario más tozudo, insistente y bestial (aunque no puedas perder, para superar dificultades deberás insistir concienzudamente utilizando un Wario en pleno uso de sus facultades: con todos sus placajes, golpes y culadas). El tiempo exigido a la hora de completar los escenarios desaparece, y en lugar de obtener habilidades utilizando objetos, Wario sufrirá transformaciones a partir de efectos producidos por el escenario o los enemigos presentes en el mismo. En definitiva, “Wario Land II” supuso una revolución en el planteamiento de los videojuegos basados en plataformas.

Y entonces llegó la joya de la corona. "Wario Land 3" es probablemente el cartucho que más aprecio de todos los que he disfrutado en mi Game Boy. Alabado por la crítica (considerado casi unánimemente por las revistas especializadas como el mejor videojuego lanzado para Game Boy Color) este videojuego ofrece al jugador una experiencia magnífica. Lo más destacable de "Wario Land 3" es que el planteamiento del juego convierte todos los escenarios disponibles en gigantescos puzles. El objetivo del juego es la caza de tesoros encerrados en cofres. Para abrir estos cofres se necesitan sus respectivas llaves y el enigma en cada escenario consistirá en localizar las llaves y los cofres (cada escenario contendrá cuatro cofres diferentes). Algunos tesoros permitirán al usuario desbloquear nuevos escenarios o zonas inaccesibles de los mismos construyendo así un gigantesco rompecabezas que enlazará los diferentes cofres hasta conseguirlos todos (en un total de cien). Cabe destacar que manteniendo el sistema de "Wario Land II" en esta entrega el protagonista es inmortal, puede tropezar cien veces en la misma piedra con la única intención de conseguir su objetivo. En cuanto a las habilidades de Wario, éste empieza con los comandos básicos (placajes y saltos), pero algunos tesoros obtenidos dotarán a Wario de nuevas habilidades que ofrecerán una jugabilidad más completa. No se puede finalizar un análisis de este juego sin mencionar las múltiples transformaciones que afectan al personaje y que le facilitan habilidades y características que aumentan las posibilidades del juego dándole una dimensión mayor. No hay tiempo para aburrirse dentro de la caja de música que encierra el mundo de "Wario Land 3".


Canción perteneciente al esceario "Above de Clouds" en su versión nocturna.

Y una vez completado el análisis llega el momento de comentar mi experiencia personal. He completado el juego al menos cuatro veces (puede que cinco, pero hablo de memoria) y lo he disfrutado cada una de ellas como si fuera la primera. Me enamoré de cada escenario y de los desafíos que estos planteaban, que exigían inteligencia y destreza. Disfruté explorando cada esquina en busca de respuestas que completaran ese puzle gigante que representaba la totalidad del juego. Me desesperé con caídas en diferentes niveles que me obligaron a repetir intentos durante cientos de veces porque una vez que empiezas a jugar no puedes parar hasta completarlo. La banda sonora de algunos escenarios (en los que podías estar atascado durante MUCHO tiempo) se introdujo en mi cabeza para no desaparecer jamás (destacando especialmente la canción de "Above the Clouds" en su versión nocturna, uno de los escenarios más complicados y místicos que cuenta además con una canción de fondo irrepetible). Pero si hay algo que me enganchó realmente a este juego fue el mismo Wario. Totalmente exento de clase o buen gusto, Wario representaba para mí un personaje auténtico, sin ningún tipo de empatía o necesidad de ayudar a los demás. El objetivo era saciar la avaricia del protagonista, nada de salvar pueblos o rescatar princesas. Wario no dependía de nadie, era libre en el más amplio sentido de la palabra. Libre porque sólo actuaba por y para él. En el fondo eso es lo que necesitaba yo cuando jugaba a "Wario Land 3". Buscaba libertad, saciar todos los impulsos primitivos que definen al ser humano como un ser imperfecto. Porque, admitámoslo, el ser humano es imperfecto, y como tal, se siente identificado con la imperfección. Nietzsche estaría orgulloso. 


Canción final del videojuego "Wario Land 3"


Agradecimiento especial al blog "Pepinillo guerrero", por ofrecer información detallada sobe las distintas entregas de la saga Wario Land.

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